Afrontar la verdad con George
Decidida, me acerqué a George con los papeles en las manos. “Tenemos que hablar de esto -dije con firmeza, apartando ligeramente los documentos como si fueran a morderme. Su sonrisa se desvaneció cuando miró lo que sostenía, y se hizo un gran silencio entre nosotros. Me dolía el corazón por saber la verdad, por que algo tuviera sentido en medio de todo aquel caos, y no iba a echarme atrás hasta comprenderlo todo.

Enfrentarse a la verdad con George
Las esforzadas excusas de George
George tanteaba sus palabras, empezando una frase tras otra sin terminar ninguna. “No fue así”, empezó, pero yo negué con la cabeza, necesitando algo más que excusas a medio formar. Sus ojos se movían nerviosos, como si intentara restar importancia a la realidad que se exponía claramente en los documentos. Cuanto más eludía el tema, menos le creía, y mi confianza se sentía frágil, a punto de quebrarse en cualquier momento.

Las esforzadas excusas de George

