El milagro de Morgan’s Creek
Al contrario de lo que podrías imaginar para la década de 1940, la trama implica a una chica de pueblo llamada Trudy Kockenlocker que sale a una taberna a celebrarlo con los chicos antes de que se vayan a la guerra. Consume demasiado alcohol, se queda dormida y se despierta a la mañana siguiente con un anillo en el dedo pero sin recordar a su cónyuge (“…tenía una z. Como Ratzkywatzky. ¿O era Zitzkywitzky?”). Peor aún, pronto se entera de que está embarazada y le falta una de sus licencias matrimoniales. El guión lleno de insinuaciones, que a partir de ahí se vuelve más soez, tuvo problemas con los censores de la época, por supuesto, y aunque es relativamente suave para los estándares actuales, sigue siendo ágil y entretenido.
El milagro de Morgan’s Creek
El montaje
Robert Wise, un director más recordado por brillantes musicales de Hollywood como Sonrisas y lágrimas y West Side Story, sigue siendo infravalorado en parte porque no parecía tener un estilo distintivo. The Set-Up, un noir de boxeo húmedo, agobiante y desagradable sobre un boxeador al que tienden una trampa para que caiga en picado, es muy diferente. Nadie le ha informado; simplemente se espera que pierda porque es un viejo conocido. Sin embargo, no lo hace. Es tan ominoso como el cine negro y no decae ni una sola vez en los 70 minutos que dura.
El montaje
