Hambriento, Asustado y En Pánico.
Elijah pronto empezó a llorar y preocuparse. Temía perder a su familia para siempre y quedarse sin ningún apoyo. En ese momento, todo lo que deseaba era que su familia se uniera a él en la mesa para su risa y conversación habitual. ¿Qué podía hacer él? Solo era un niño de cinco años que tenía hambre y estaba perdido.
Solo en casa
Se encontraba solo en casa, y para empeorar las cosas, estaba confinado allí. No podía ni siquiera ir a pedir ayuda al amable vecino, cuyo perro le encantaba. El joven cogió el teléfono y pensó en hacer una llamada, pero se dio cuenta de que no tenía ningún número. Excepto uno en particular.